De la mano de Mis amigos de siempre, la ficción de Pol-ka que inauguró el verano de El Trece, Emilia Attias, regresó a las tiras diarias vistiendo la camiseta de una aguerrida jugadora de fútbol femenino que sufre inmersa en medio de un triángulo amoroso.
Feliz por la labor que le toca en suerte al lado de Nicolás Cabré, Gonzalo Heredia, Nicolás Vázquez, Calu Rivero y Agustina Cherri, la chica de tremendos ojazos azules que celebra 4 años de casada con el Turco Naim, aprende día a día de su rol.
"Es la primera vez que me tengo que enfrentar a esto. La verdad es que nunca había jugado al fútbol. Me encanta desde siempre, en mi familia siempre se veía fútbol, entiendo mucho de fútbol, me encanta ver los mundiales y ver a Argentina jugar, pero nunca había jugado", dice Attias respecto a Bárbara, su singular interpretación.
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"Le pongo mucha actitud, pero la verdad es que tengo que aprender bastante. No es tan fácil obviamente manejar una pelota mientras que tenés que utilizar las piernas también para correr. Es muy difícil para mí". Atraída por el amor de los personajes de Federico Amador y Gonzalo Heredia, en Mis amigos de siempre, Emilia, se desdobla entre la pasión amorosa y la del deporte que eligió. Algo que por supuesto, no le ocurre ni con la mitad de la intensidad en su vida diaria.
"A mí los deportes me encantan y el fútbol me gusta, así que me pareció divertido jugar al fútbol desde la ficción. La experiencia de aprender y jugar me parecía re divertido. Y de hecho disfruto un montón las escenas en las que tengo que jugar, pese a que juego mal todavía. Tengo una amiga que juega al fútbol federada y me enseña y me dice que estoy mejorando mucho. Corro un montón y aprendo", cuenta esta actriz y cantante mientras confiesa que, como casi toda mujer, su adhesión al mundillo futbolístico, se agiganta solo para los campeonatos mundiales.
"Yo soy de Racing, pero no soy fanática al extremo. Más que nada miro los mundiales. Entre los deportes el fútbol es el que más elijo porque entiendo mucho. Pero más que nada soy de seguir fútbol en los mundiales. Durante ese mes se para el mundo, me encanta ir a la cancha a ver a Argentina, ver el mundial. Me agarra como el nacionalismo de golpe pero más que nada con Argentina, no tanto con los equipos locales. Mi marido mira fútbol los domingos y yo no tengo problema. Le digo que se quede mirando mientras yo hago otras cosas", dice.
-¿Debiste recurrir a alguna clase de entrenamiento físico diferente para componer a esta jugadora de fútbol?
-Entrenamiento diferente no. Sí siempre entreno y corro. A veces cuando tengo tiempo hago un poco de gimnasia, a veces hago en mi casa o voy al gimnasio. Pero como no tengo tanto tiempo no puedo tomar clases. En una época tomaba clases de baile, clases de yoga, clases, clases y más clases. Pero ahora como tengo tantas cosas que hacer responder a un horario fijo me cuesta. Entonces entreno cuando puedo.
De armas tomar
De aspecto frágil por fuera y de convicciones potentes e inquebrantables en su fuero íntimo, Emilia Attias, hace oír su sentir. Por momentos se despega de su personaje y al mismo tiempo, por otros, se siente unida a la firmeza a la hora de exponer lo que quiere y tomar las riendas de su propia vida.
"El personaje tiene en común un poco la sensación de la personalidad de encarar la vida sosteniendo sus riendas. La de una actitud fuerte de pararte sobre tu vida y elegir las cosas que vas a vivir y que estás viviendo. Es la actitud", comenta la ex Casi Ángeles dejando en claro que es de armas tomar. "Mi personaje tiene una crisis con eso a lo largo de la historia donde se da cuenta de que no tiene que ser tan rígida en sus determinaciones porque eso la termina perjudicando. Se da cuenta que no pude manejar todo y que, tal vez, no ve lo que no funciona en su pareja.
Ese es uno de los ejes en que se desarrolla mi historia. Yo me identifico con la personalidad de buscarse puestos líderes, de ponerse en lugares fuertes, eso medio que lo tengo. Después con otras cosas no", aclara próxima a estrenar la película que protagoniza El secreto de Lucía. "Tiene una personalidad demasiado fuerte, por momentos muy masculina.
Me encanta jugarlo. Yo tal vez para algunas actitudes en la vida puedo ser masculina pero para otras tiendo a ser más sensible. Más femenina. Tengo temperamento pero más que nada para mí, para saber qué elijo en la vida, qué quiero de mi vida, la disciplina que tengo conmigo, los valores fuertes que tengo para mí. Después soy bastante abierta de mente, bastante. Y eso también te da una flexibilidad.
La sensibilidad y la espiritualidad que tengo también te dan flexibilidad. Eso te va dando una cosa de mucha flexibilidad en la vida y en tu personalidad. En cambio, Bárbara, mi personaje, es totalmente rígida, muy fuerte. Esa es la parte que no tiene que ver conmigo". Entre otras cosas, la sensibilidad y flexibilidad que enuncia tener, la hacen adaptarse a un medio artístico que se caracteriza por el rigor.
"Más que nada me sirven para percibirme a mí y saber las cosas que necesito hacer, percibir a la gente de otra manera. La sensibilidad te hace manejarte de una forma menos tosca en la vida, por suerte. Y eso también te convierte en una persona menos rígida, pese a tener carácter para otras cosas", resume Emilia.
Fuente: Diario popular.
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